En primer lugar, debíamos contar con un espacio donde poder realizar los lavados, de una toma de agua, de una manguera y de un espacio para guardar nuestros productos de lavado. Decidimos elaborar una instancia de solicitud de dichas necesidades al centro. La respuesta fue afirmativa. Se nos concedía un espacio para llevar a cabo nuestra actividad, se nos dejaba acceder a la red de agua del centro y se nos suministraba una manguera. Al mismo tiempo se ponía a nuestra disposición un espacio para la ubicación de nuestro material de trabajo. A cambio se nos pedía que habilitásemos el espacio de forma adecuada, puesto que estaba un poco desordenado, y que mantuviésemos el orden en los sucesivo, así como un adecuado uso de los recursos que el centro ponía a nuestra disposición.
También contamos con la ayuda del profesor que adelantó el importe de las mínimas compras iniciales que necesitamos de material para poder empezar a trabajar, con el compromiso de abonarlas en cuanto tuviésemos los ingresos necesarios.
Con todos los materiales hicimos prácticas de lavado y decidimos que ya estábamos listos para empezar, pero había que ponerlo en conocimiento de los posibles clientes, así que hicimos una campaña de publicidad. Colocamos en los coches de todos los profesores una información sobre el día de inicio y la forma de inscribirse, y otro con los precios tanto del servicio individual como del bono de tres lavados, y colocamos en la sala de profesores un listado de días disponibles para que se pudieran apuntar.
Finalmente, creamos una hoja de evaluación del servicio para evaluar el grado de satisfacción de nuestros clientes.
Y POR FIN EMPEZAMOS...
Ya llevamos algunos coches. Estamos tratando de organizasr nuestra empresa un poco mejor, para que todo salga de la forma adecuada. Os iremos dando noticias de nuestra experiencia.
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